sábado, 14 de junio de 2014

Nace un sueño... Mitic de Guadalest

¿Y que manera mejor de Ser Finisher de nuevo que formando parte del cumplimiento de  un sueño? Por que mañana se hará realidad un triatlon en Guadalest, en su castillo, en su embalse, en sus sendas y en la ilusión de los que lo han hecho posible; la corporación Municipal, sus organizadores, sponsors, voluntarios y triatletas.

Desde que el Titan de la Sierra de Cádiz se adentro en mi esencia triatletica, llevo soñando con una prueba en nuestro Embalse de Guadalest, convencido hasta la médula de que tenemos aquí una prueba gemela idéntica de aquella, en cuerpo (perfiles, esencia natural, dureza) y alma (espíritu y vocación fundacional).

El Mitic de Guadalest esta dotado de personalidad propia, así como todo el circuito en el que se integra y yo espero que sea el embrión de algo mucho más grande aun por llegar. Para mi es una gran satisfacción poder formar parte de este sueño que mañana se hará realidad, como triatleta y saber que aunque fracasaran mis intentos de haberlo hecho una realidad antes, otros lo habéis hecho posible con vuestro empeño.

Muchas gracias Apolo y Enrique por este regalo para el deportista.    
Aquí abajo empezará todo, en las aguas turquesas del embalse que deslumbran y ocultan toda la belleza de que se rodean en ambas orillas, ideales para practicar deporte en cualquiera de sus formas, envuelto de naturaleza y de tradición ancestral del uso de la misma.

Y aquí arriba terminará después de pedalear y correr entre parajes emblemáticos como el cauce del río que vertebra la zona desde hace miles de años, y las murallas del Castell que han visto pasar los siglos y mañana abrirán su camino a los triatletas. Habrá que esforzarse hasta la extenuación para gozar de la gloria y de las hermosas vistas al valle que la muralla ofrece.
El esfuerzo merecerá la pena. Poder disfrutar de la 1ª Edición de una prueba nueva, con menos de 100 participantes en un lugar único y especial por su belleza y dureza... ¿Quien puede resistirse a esto?



Convaleciente aún, de regreso al Viciathlon

He estado enfermo. Del corazón. Del corazón y de la mente. De esa enfermedad llamada "amor verdadero" que se afinca en tu interior y afecta todo lo que te rodea, trasformándolo, exaltándolo y  trastocándolo profunda y definitivamente.
Aun sigo enfermo de amor, pero descuidad, que se ha cronificado y me acompañara el resto de mi vida.
 No os contaré aquí lo que supone una vida en plena sintonia interpersonal, ni de estar sumidos de continuo en la felicidad completa, ni de la comunión con otro ser humano o de lo improbable que es que algo así suceda y lo fácil que es  perdérselo en la vida.
Ahora que voy aprendiendo a vivir en este estado, puedo volver mi vista hacia todo aquello que repentina y bruscamente, había perdido toda su importancia , aun habiendo sido  refugio y escondrijo vital durante años.
Puedo volver la vista hacia el triatlon. Debo volver la vista la vista hacia el triatlon. Durante los últimos cuatro años en los que he vivido con toda su intensidad los efectos de la enfermedad amorosa , no he necesitado de nada, más allá de la necesidad de entrega total. Nada he añorado en este tiempo, pero también he descubierto que soy triatleta. No se con que derecho me atribuyo esa condición, sin apenas haber vivido como tal durante este periodo, pero así me siento.  Para poder expresar esta necesidad vital de entrega incondicional necesito también entregar al triatleta que llevo dentro. Si no fuera así, no estaría dando todo lo que soy, solo una versión incompleta.

Quiero ser Finisher de nuevo. Ser Finisher. Esta es mi versión 2.0