jueves, 10 de junio de 2010

El antes y el después


Ironman de Lanzarote 2010. El día previo.

El día de hoy es un día tenso. Muchos aún viajan hacia la isla. Se produce la transformación definitiva de la Avenida de las Playas en Puerto del Carmen, y por fin aparece aun sin rematar, la ansiada meta que buscaremos todos los aspirantes a finisher. Por fin, con la entrega de tus cosas que quedarán esperándote a mañana, cierras el compromiso con el Ironman. Mañana partirás.

Mientras eso llega, disfrutamos en el día de uno de los atractivos del triatlon y en especial, del Ironman. Compartir con los mejores, competir a su lado, relacionarte con ellos, es casi exclusivo de este deporte. En rueda de prensa, los favoritos, nos han expresado sus intenciones, expectativas y objetivos ante la prueba de mañana.
Nos hemos acercado y charlado con ellos, con los grandes favoritos, Eneko Llanos y Bella Bayliss, que esperan repetir, si el actual campeón Bert Jammaer no lo impide, victoria en Puerto del Carmen. Tarde en boxes, saludando gente, deseando suerte, deleitándonos del ambiente, disipando nervios, empapándonos de una cita única para la que esperamos todo un año. Este es un lugar mágico, donde alcanza la mirada solo se ven pacientes bicicletas aguardando a sus jinetes durante toda la noche. Miles de euros estibados a la espera de recorrer al día siguiente casi por completo la isla de viento y campos de lava. Un paseo lento y detenido, te permite apreciar las ultimas novedades, las innovaciones; solo la configuración de cada bicicleta, te dice cual son las intenciones de cada uno de sus dueños.

Con los últimos rayos de sol nos retiramos para intentar descansar, dormir y estar listos para el largo, largo día que nos espera..

Mientras, cientos de personas siguen trabajando para que eso sea posible. Despertar y mantener vivo el monstruo del Ironman, es una tarea inmensa.
Ironman de Lanzarote 2010. El día después

El Ironman es un ejercicio absoluto de paciencia. Y de ritmo. Sin dominar el arte de saber esperar, aguardar, mantener, sostener, perseverar, soportar y establecer durante mucho, mucho tiempo un ritmo, no es posible. Es cosa de tempo… sostenido. El ritmo variará con la calidad de cada participante, pero ha de primar el ritmo, sobre cualquier otro factor en carrera.
Paciente y pautado por tu ritmo, “solo” queda esperar y seguir y seguir. Así vencerás los fantasmas que pueblan aguas, carreteras y caminos, fantasmas que te conminan a detenerte, te invitan a dejar de sufrir, te ayudan a pararte y a acabar con el dolor alejándote de la meta. Tus fantasmas. Sabes que los fantasmas no existen y determinado a seguir tu ritmo, los disipas una y otra vez, sin dejar que se fortalezcan, que se alimenten de tu determinación.

Sin determinación tampoco es posible el Ironman. Sea lo que fuere lo que te mueve, debe existir un motor, un motivo, una razón.

Ni sin atención, mucha atención para solventar cada incidencia del camino, es posible el Ironman. La atención te encapsula en una burbuja de protección que absorbe los impactos, físicos y emocionales, que surgen durante todo ese tiempo que, paciente, atento y determinado mantienes tu ritmo, hasta cruzar el arco de meta.



El día después del Ironman de Lanzarote esta lleno de grandes momentos; los afortunados con ritmo suficiente para cambiar de océano, confirman su clasificación para el Ironman de Hawaii en un acto especial.

Por la tarde, la tribu se reune en la cena-ceremonia de entrega de premios, cargada de empatía, emociones y mucha satisfacción personal y grupal. La familia del Ironman de Lanzarote, estamos reunidos a la mesa, recordando, compartiendo, agradeciendo y emplazándonos para la próxima edición.

El fin de fiesta consiste en la visualización del vídeo de la prueba en el patio del Club La Santa, donde cada año consiguen emocionarnos y hacer votos de volver de nuevo. Y entonces el Ironman de Lanzarote, vuelve a empezar.

martes, 8 de junio de 2010

No hay sexto malo



Algo asi dicen los taurinos y cierto es, te deja muy buen cuerpo finalizar tu sexto Ironman. Duro como todo IM, diferente como todo IM en Lanzarote que nunca hay uno igual y muy especial por ser el primero de una serie que acaba de comenzar, aunque eso me lo reservo.

Contento a posteriori, pues ha sido en este en el que peores sensaciones ha tenido en la fiesta final de la maratón y no he podido desarrollar la carrera soñada, pero aún quedando lejos de derribar esa barrera de las 11 horas, contento. Seguimos mejorando y lo que es más importante, venciendo a la distancia y las heridas que se producen en el camino....

Os cuento como vivimos los dias previos y posteriores en una serie de crónicas que escribí para los amigos de http://www.runscore.net/

Ironman de Lanzarote 2010, Día Cero

Traslados. Trasladar equipos, ilusiones, nervios y esfuerzos siempre es costoso de hacer llegar, hasta la isla de lava.
La magia de volar, de entrar por una puerta y salir por otra a miles de kilómetros, a pesar de los tiempos que corren, siempre fascina. La terminal tomada por grandes y voluminosas maletas, en las que desmembradas aguardan encogidas nuestras bicicletas, es todo un espectáculo. Muchos viajeros no pueden contener su curiosidad y terminan preguntando que llevas ahí dentro.

El personal de handling de la compañía aérea sabe que será una jornada dura, facturando los maletones y las ilusiones de todos esas tipas y tipos atléticos, de finos y bronceados cuerpos que componen parte del pasaje de ese vuelo.

Observas, te observan, ves a los otros triatletas caracterizados por los signos de identidad ironmánica (mochilas, tatuajes de la m dot, pulseras, camisetas de otras competiciones, voluminosos pulsómetros en la muñeca, etc, etc) pero extrañamente, no los ves como rivales, sino como iguales. No vas a competir con ellos, sino contigo mismo. Son compañeros de viaje y han sufrido un camino parecido hasta llegar allí, a volar hacia la salida de Puerto del Carmen. Hasta los acompañantes, (parejas, amigos, familiares, etc) del triatleta son singulares e identificables. Curtidos en mil batallas de sus partenair, saben lo que les espera. Saludas caras conocidas, abrazas a viejos camaradas, te reencuentras con los miembros de tu tribu. Y ya disfrutas de todo este juego previo. Simple como nadar, pedalear o correr. Disfrutas ya solo yendo. En unas horas, instalados en el hotel, con el equipaje desembalado (si has tenido la suerte de que llegará completo e intacto) aliviado por fin de tener integra esa especie de “prótesis de carbono prolongación de ti” en que se convierte tu bicicleta, te relajas y suspiras.

Mañana será un día intenso, lleno de actividades y quehaceres. Pero ahora te vas a relajar. Nadamos 40 minutos en el mar y corremos suave 20 minutos para estirar las piernas.
Te asomas al balcón del hotel y observas como se pone lentamente el sol acariciando el horizonte sobre el océano atlántico, lejos de la alfombra de arena que se extiende ante tus ojos en la playa de Puerto del Carmen. Estas en el centro del universo. Has vuelto un año más… a casa.

Ironman de Lanzarote 2010, Día Uno

De ser a estar hay un trecho. Durante muchos meses hemos estado inscritos en la prueba, con un horizonte temporal menguante día a día. Entrenamientos, deseos, visualizaciones, decaimientos y resurgimientos, han acompañado en todo el camino, largo, hasta el paso de estar. “Eramos”, triatletas inscritos en el Ironman de Lanzarote 2010, pero no es hasta hoy que “estamos” en el Ironman de Lanzarote 2010. Es ese acto rutinario, hasta burocrático, de recoger tu dorsal y documentación de carrera, el que te hace estar. Y ya no hay vuelta atrás.
Así hemos pasado el día, viaje a La Santa, centro organizativo neurálgico del Ironman, para junto con cientos de participantes, confirmar nuestra condición de competidores. Colas, charlas, risas nerviosas, firmas de autógrafos, saludos y abrazos, algunas compras, miradas confiadas, miradas temerosas… Todo ello en una serie de actos programados, charla informativa de la carrera, Desfile de Naciones, cena multitudinaria de la Pasta Party, Expo de material con venta y mucho merchandaising…… Acogedor, entrañable, espectacular, agotador… todo ello por la tarde.

Por la mañana, nos envolvimos de oceáno atlántico, rodamos en bici suave, probando que estaban bien nuestras monturas después de descuartizarlas para viajar en su maleta en avión a la vez que inspecccionamos el recorrido de la maratón del Ironman.
Marcados, con esas pulseras que nos gusta tanto ostentar y que nos abren las puertas a todos los rincones de la carrera, acabamos el día, ya no siendo sino estando en el Ironman de Lanzarote 2010.

Continuara.......