jueves, 6 de septiembre de 2007

Crónicas desde el Centro del Universo: Algunas retriflexiones

Algunas retriflexiones

No son flexiones triples, son reflexiones sobre el tri. Porque ahora que me dispongo a compartir nuestra “aventura” toman si cabe más relevancia las palabras del gran reflexitriatleta Ximo Robert , que bien conocéis y a quien es un puro placer leer:

¿Aventuras? En la vida nunca pasa nada. El devenir diario simplemente pasa, tan sólo se transforma en aventura cuando lo contamos. Es entonces cuando vivimos la vida, la nuestra y la de los demás, en diferido, recordando, magnificando, olvidando, ensalzando, tergiversando. Todos nosotros pasamos a ser los héroes de nuestra propia historia. Nadie nos puede usurpar ese papel estelar.

Y pienso yo al hilo de esto ¿Realmente a quien interesan nuestras andanzas, nuestras aventuras? Somos vistos como extraños, como bichos raros, como “enfermos obsesionados” en el marco de una sociedad que conduce con sus modos irremediablemente al sedentarismo, al abandono y a la ocultación de nuestro verdadero modus vivendi. Nos debatimos como “curiosidades”, admirados si bien es cierto, en un entorno obesogénico, que sepulta nuestro diseño evolutivo, nuestra huella genética.




¿No será que gracias al triatlón manifestamos nuestra esencia biológica? Al fin y al cabo estamos diseñados para campar y merodear, recorrer grandes espacios en permanente búsqueda de recursos, para resistir los embates de un entorno hostil que hemos ido dominando. Nadar, dominar el agua, recorrer grandes distancias pedaleando y sentir el aire en la cara a la carrera, son formas de comunión con nuestro verdadero ser, que la “civilización” se ha encargado de ocultar, de desfigurar, de allanar como engulle el mar nuestras huellas en la playa.

Es muy posible que entrenando, de forma inconsciente, busquemos despojarnos de todo el “bienestar” que nos trae el “progreso”, esperando que se desprenda a jirones mientras bajo soles, lunas, nubes o estrellas, recorremos bosques, montañas, carreteras, caminos y mares. Y puede que mediante la competición, nos midamos con las otras “tribus”, demostremos nuestros atributos, colectivos e individuales, reforzando nuestra posición en el grupo. Es muy posible que así nos acerquemos a lo que fuimos y a lo que aún en lo más profundo, todavía somos. O puede que solamente sea un juego.

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