Todos los que afrontamos un experiencia como la de ser Finisher en un Ironman, todos, acopiamos nuestro cargamento de méritos, sin entrar en discusiones sobre el valor relativo que supone la empresa en términos de resultados. Todos somos merecedores de ellos por el mero hecho de estar en disposición de afrontarlo, aunque la fortuna el día elegido pueda o no sonreírnos.
Pero no por ello dejan de tener más valor, de acopiar más méritos, unos Finishers que otros, pues los caminos personales que conducen a la meta, pueden ser de muy diferentes perfiles. Yo que soy un “triatleta popular profesional”, dedicado, dispuesto y volcado en convertir el triatlón de larga distancia con sus exigencias, en mi modo de vida, no puedo dejar de admirar a todos aquellos que logran integrar en su modo de vida, al triatlón de larga distancia.
Admiro mucho a los que lográis hacer de vuestras vidas ordinarias, vidas extraordinarias logrando ser Finishers a pesar de todo. La vida de un triatleta de larga distancia, encaja mal con las obligaciones laborales, los compromisos familiares y los entornos que habitamos en la vida ordinaria. En la vida ordinaria el tiempo libre escasea. La vida de un triatleta de larga distancia no es posible sin mucho tiempo libre. Por ello, presentarse en la línea de salida de Puerto del Carmen cuando trabajas 10 horas diarias, atiendes a tu familia y debes entrenar durante los rigores del invierno en una gran urbe como Madrid, supone un milagro, un esfuerzo personal que despierta mi absoluta admiración y os convierte en mis meritorios.
Pero si además sois mis amigos y no me refiero a los nuevos amigos que el triatlón acerca a la orilla de tu vida, sino a los amigos anteriores a tu existencia como “triatleta popular profesional”, entonces sois mis meritorios amigos.

Soy el mayor de una camada de cuatro, el niñito de su madre y mis tres hermanas que han animado mi infancia, por lo que Iñigo es lo más parecido a un hermano que yo tengo. Iñigo vive actualmente en Lanzarote, con Ruth y Eneko el hijo de ambos. Durante varios años hemos compartido estudios de Biología Marina en Tenerife y muchas horas plenas de inmersiones, risas y buenos momentos, mientras tirábamos del carro que era Biosub, el Club de Actividades Subacuáticas de Biología de la Universidad de La Laguna.
Iñigo es el primer culo que yo he visto y perseguido sobre una bicicleta, pues fue con el con quien empecé a sufrir la dureza y los rigores del desnivel canario de Tenerife. Con el empecé a andar en bicicleta, en nuestras bicis de montaña con slicks. Siempre iba esperándome con paciencia el pobre. Recuerdo sus piernas largas y finas delante de mí, pedaleando con cadencia. En aquel entonces el salía a diario con la bici y tenia buen nivel. Para mi era una bestia que andaba un huevo. Iñigo es un vasco-canario, noble, generoso, hablador, entusiasta y entregado, como curiosidad comentaros que es un genio mecánico, es lo más parecido a Mc Giver que he conocido.
La vida nos llevo por nuestros derroteros, a mi a la península y a el a Lanzarote, pues Ruth es conejera. No hemos perdido el contacto en todos estos años y nos hemos visto numerosas veces. Cuando realicé mi primer IM en el 2000 me comentó que el tenia que hacer alguno también, aunque no vivía todavía en Lanzarote. Cuando el año pasado regresé al triatlón para volver a ser Finisher en Lanzarote, decidió que el también probaría. Iñigo llevaba años sin montar en bici, nunca había corrido y no nadaba sistemáticamente. Pero estaba decidido. Fue Finisher en 2006 junto a su Eneko nacido apenas unos meses antes. En Marzo de 2006 estuvimos entrenando juntos en Lanzarote, sobre todo la bicicleta. Ya no tenia que perseguirle, ahora era al revés, sin duda yo durante estos años había mejorado, pero el tenia un duro trabajo que hacer. Entrenando por sensaciones, sin mucho método este año ha vuelto a ser Finisher, aún a costa de una lesión de cadera y mucho sufrimiento por su empecinamiento y empeño.
El me enseño el camino hace muchos años sobre una bicicleta y me siento orgulloso de haber propiciado que hoy sea ya uno más de los lanzaroteños enganchados a su triatlón.
Mis meritorias
Mis meritorias son dos, ninguna de ellas Finisher en IM (aún). Sus méritos son de otro orden y naturaleza.
Mónica ha sido mi compañera de entrenamiento, quien ha hecho posible en buena medida soportar la dureza de las largas sesiones especialmente de bici, que exige la puesta a punto para el IM de Lanzarote. De Mónica os contaré muy pronto, como en su primera temporada pasará de Triatletilla a Titana. Pero debéis saber que tiene una impresionante capacidad de trabajo, de sufrimiento y de ilusión. Estoy seguro que de haber resultado lesionado, podría haberme sustituido sin problemas en la cita del 19 de Mayo. En muchas ocasiones ha completado mis mismos entrenos sin rechistar, estando siempre ahí. Tiene sin duda, pelaje de larga distancia, es carne de Ironman. Muchas gracias compañera.
Laura hace posible todo esto. Sin ella no habría nada. No habría triatleta, no habría fotos, no habría entrenamientos, no habría Ironmanes, no habría crónicas, no habría ilusiones. Dos años entrenando para Ironman y ni un solo reproche a algún entrenamiento. Es más gracias a ella he completado muchos entrenos que de otra forma no hubiera hecho. No creo que haya muchos triatletas que puedan sentirse tan apoyados, tan reconocidos, tan comprendidos, tan relajados, tan aleccionados. No puede haber muchos triatletas tan afortunados.
Gracias a sus fotos especialmente, me es posible rememorar, recordar, expresar, transmitir y compartir buena parte de lo vivido y sentido cada día de esta vida de triatleta que ha decidido compartir conmigo. Sin ella no habría nada. Gracias mi amor.
5 comentarios:
Para mi es todo un lujazo que me nombres en tu blog, te agradezco de todo corazón lo que me has enseñado sobre el triatlón, sin ti no creo que estuviera aquí apuntito de hacer el TITAN. He disfrutado muchísimo con todas las salidas en bici y espero seguir haciéndolo, gracias a ti compañero, gracias por ser como eres. Moni
Los "meritorios", sobre todo los familiares, son la piedra angular de todo proyecto triatlético que se precie. Acabar un IM sin ellos debe ser lo más parecido a no experimentar sentimientos.
Tenemos que cuidarlos tanto o más que a nuestros tendones, músculos... Un gran homenaje para ellos en tu post ;)
Bonito post, como siempre.
Ilusionados saludos.
Preciosa familia. Espero verte el domingo.
Dani
Hola, aún no nos conocemos pero te sigo desde hace un par de años (también en el foro del Aguaverde). El mes pasado, un idiota decía en la revista Triathlete que sólo quien había terminado en Kona podía ser considerado Finisher, o incluso triatleta. Este mes se lo han comido vivo (todas las cartas publicadas estaban dedicadas a él).
Muy bonita la entrada, y mucha envidia por el apoyo familiar (yo viajo mucho y cuando estoy en casa no quieren ni oir hablar de tri, así que sólo entreno a mediodía y cuando estoy fuera).
Saludos
ramon-jetlagman
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