jueves, 2 de abril de 2009

Apenas un año

Apenas un año separan estos momentos de miradas perdidas y paladeo del elixir que me seduce. Un año desde que choque con un obstáculo en el camino. Recuerdo perfectamente como me sabia aquella cerveza aspirada. Beberla era un acto de rebeldía, infantil y algo absurdo. No pensaba dejar de hacer lo que venia haciendo desde hace mucho tiempo por el simple hecho de casi haberme matado. A pesar de lo rara que sabia y el dolor que me producía en mi muy sensibilizada dentadura, por el golpe de cara contra aquel coche despistado y apresurado.

No he conocido al conductor, ni tenido ninguna noticia ni llamada o muestra de interés, por su parte. Mejor. El acontecimiento así no se personaliza y queda como un pinchazo, una avería mecánica o cualquier suceso aleatorio sin culpable. Una de esas cosas que pasan y a las que estamos expuestos cuando asumimos el riesgo de salir a la carretera en bicicleta.

Mi estado de ánimo en ese momento era principalmente contrariedad. Somos tan "simples" que nuestra única preocupación es lo que debemos dejar de hacer y el trastorno que nos supone el hecho en si en nuestra cotidianeidad. En ese momento, un celoso profesional de la medicina me había condenado a 6 meses sin actividad física, para igualarme en riesgo a la población normal de sufrir un accidente cerebro vascular después de un traumatismo craneoencefálico. No reprocho su hacer ni su actuación profesional, pero si su falta de sensibilidad cuando le explicaba lo que hacía y que no era "población normal". A los diez días del accidente ya me había subido a una bici de spinning a comprobar si me explotaba el cerebro o desorbitaban la pulsaciones.

"Un elefante se balanceaba en la tela de una araña y como veía que no se caía, fue a llamar a otro elefante".
Una segunda opinión médica me liberaba de la condena y me incitaba a seguir con mi vigoréxico plan de vida y sueño de llegar a punto a Lanzarote 2008.
Quien debía responder por el hecho, la compañía de seguros, sin vericuetos legales a los que agarrarse, indemnizo y punto. El dinero nunca compensa por lo que pasas, pero ayuda a concretar las decisiones que el acontecimiento te ha hecho tomar.
No hay secuelas físicas, tan solo algunas cicatrices en la cara, que me recuerdan cada día que no se puede bajar la guardia. Hace poco leía un articulo en el país semanal sobre un estudio de como las cicatrices faciales, no desfigurantes, hacían más atractivos a los hombres ante los ojos de las mujeres y de su valor cultural tradicional, como "heridas de guerra", símbolos de belicosidad o de fortaleza después de conflictos, reyertas o actividades físicas (soldados, toreros, etc.).
¿Será por eso que ultimamente me asedian las mujeres?
Ahora se y valoro la suerte y la nueva oportunidad que tuve, lo poco que importan nuestras pequeñeces cotidianas y lo difícil que nos resulta levantar la mirada del ombligo sino es que topamos con nuestro particular imprudente accidental. Un año después me encuentro bien, incluso mejor en muchos aspectos, que aquel 20 de marzo de 2008.

El próximo sábado espero también simbólicamente cerrar la página del suceso, recuperando por fin, restaurada y también mejorada, la otra que quedo maltrecha y postrada en la carretera, "La Guay". Pero para ello ha tenido que ceder su sitio mi querida Orbea, con la que he compartido tantas horas y hermosos momentos. Ya esta vendida, ya esta entre otras piernas. Sirva de recuerdo este ultimo momento en que competimos juntos en uno de los más bellos escenarios donde se puede nadar, pedalear y correr.

5 comentarios:

sermor dijo...

Estás más guapo en la foto de la izquierda. :-)

Me alegra un montón verte como un toro de nuevo.

TOMAS13 dijo...

Que paisages mas bonitos i que recuerdos esas imgenes del pantano i de Zahara de fondo.
Animo fenomeno a seguir dando guerra.

tonicendon dijo...

Mi abuelo decía que el tiempo lo arregla todo menos la muerte.
Una experiencia mas en tu vida de la cual algo positivo se te habrá quedado a parte de esas cicatrices que seducirán a las mujeres.
Me alegro de que estés bien.

Dani dijo...

Eso, eso, deja que las mujeres se te acerquen...

Anónimo dijo...

acabo de leer el post y me he emocionado y todo....joder tio, gracias a dios solo quedó en una simple anecdota q te he echo más fuerte aun(si eso es posible claro..)tu has sido siempre de los q nunca se rinden ante la adversidad y los resultados están ahi claro, un año más tarde, eres a todas luces más fuerte, mas alto(ni de coña...jejejje) y más guapo!!!jajjaja si yo se q tenías envidia de mi cicatriz en la nariz !! a veces flipo con las coincidencias q tenemos...supongo q recuerdas q la cicatriz mía de la nariz es el fruto de un golpe de frente contra un coche, con su fractura de tabique nasal y hueso frontal, eso si la mia fué en moto...lo q yo te digo tio, eres mi mentor x algo!!! un gran abrazo, me elegro muchisimo de saber q estas bien.
Dani.