miércoles, 26 de septiembre de 2007

Crónicas desde el Centro del Universo: ¿Y después qué?

¿Y después qué?



Después cumplir con una de las tradiciones, reciente pero que espero se vuelva ancestral. Hace tiempo solía mantener una tradición, la de ir el 1 de enero de cada año al cine. Comenzó como una simple terapia antiresaca, buscar un lugar oscuro, tranquilo y relajado donde sobrevivir al compromiso de la Nochevieja. Pero después se afianzó año tras año con nuevos alicientes, el cine para ti solo algún estreno interesante y algo concreto que hacer el día después. Ahora es solo un recuerdo o un acontecimiento esporádico.

La tradición “ancestral” de las dos últimas ediciones del IM de Lanzarote es, una vez extasiado, felicitado y abrazado a tus congéneres y compañeros cercanos en tu tiempo de finalización, masajeado, recogidas las camisetas de Finisher, certificados, calificaciones, pulsera acreditativa, flaca, material y otros enseres, tomar las primeras cervezas. Allí mismo, en boxes, “con el cuerpo todavía caliente”. Si te ha respetado tu organismo sin transgresiones digestivas, es pura gloria bendita. Hay casi que salir del “circo”, pues el maná se encuentra en la carpa habilitada por la organización para voluntarios y triatletas justo a la entrada de los boxes. Allí se cocinan enormes paellas y vierten litros de cerveza así como otras bebidas y viandas. Si alguna vez he de retirarme, será el segundo lugar que visite, para ahogar las penas.


Después una vez duchado y aseado cumplir con otra tradición, cenar en la pizzería que hay justo enfrente del arco de meta, para además de reponer fuerzas e ir reuniéndonos buena parte de los componentes del grupo, animar y premiar el esfuerzo de los triatletas que aún siguen en carrera o están finalizando. Y por supuesto celebrar mi cumpleaños.


Este año hemos asistido a la gestación del Club de Fans de Dani Arazola, del que mis hijos son los socios fundadores. Que pesados por Dios¡¡¡ Que si Dani por aquí, que si iba el primero en la bici del grupo, que si no se le hubiera roto la rueda delantera en el Mirador de Haria, que si casi abandona en la maratón, que si no se hubiera despeinado, que si Dani por allá…. Que amor le han cogido al muchacho y claro uno no es de piedra y tiene su corazoncito de padre despechado, de ídolo caído. En fin ya tendrán uso de razón y conocimiento, que eso de ser fan pues ya se sabe que obedece poco a la razón. Bueno he de reconocer que también soy fan suyo.

Y así entre amigos, emociones intensas y sentidas acabas como el fin de uno de los días más significados de tu vida triatlética, entre luces, estruendos bulliciosos y energía disipada y consumida y te entregas a un dulce, profundo y merecido sueño.


Después, durante los días siguientes te entregas a la molicie más absoluta, a recuperar tiempo en otras actividades dejadas o apartadas, a la nada, a devorar, a dejar pasar el tiempo relajadamente. Físicamente regresas del limbo en el que has vivido durante los meses de preparación. Los tuyos recuperan tu cuerpo. Tu mente es otra historia.



Al día siguiente hay dos momentos especiales: El desayuno, en el que no dejas de sorprenderte a ti mismo sobre las cantidades y variedades de alimentos que tu castigado organismo es capaz de procesar y la cena-ceremonia de entrega de premios en el Monumento al Campesino e San Bartolomé. Muy emotiva en todos los sentidos. Hay un especial momento de ella que empieza a gustarme. Kenett Gasque pide a los triatletas que se levanten según sea su 1ª, 2ª, 3ª … hasta 11ª o más participaciones en el IM. Cada año hay muchos debutantes pero son menos los participantes que se levantan según aumenta el número de participaciones. Para la próxima edición instauran una nueva mención o premio, la de aquellos que acumulen 5 y 10 participaciones en el Ironman de Lanzarote.

Después, intentaré cumplir 5 participaciones consecutivas en el Ironman de Lanzarote. Para ello debo volver los tres años próximos, volver a atravesar los campos de lava de paisajes extraterrestres de Timanfaya confiando en que la isla nos permita abrirnos paso

Después de este Ironman de Lanzarote, sentí fuerzas para afrontar el Embrunman, pero esa es otra historia.














domingo, 23 de septiembre de 2007

Crónicas desde el Centro del Universo: Meritorios

Mis meritorios

Todos los que afrontamos un experiencia como la de ser Finisher en un Ironman, todos, acopiamos nuestro cargamento de méritos, sin entrar en discusiones sobre el valor relativo que supone la empresa en términos de resultados. Todos somos merecedores de ellos por el mero hecho de estar en disposición de afrontarlo, aunque la fortuna el día elegido pueda o no sonreírnos.

Pero no por ello dejan de tener más valor, de acopiar más méritos, unos Finishers que otros, pues los caminos personales que conducen a la meta, pueden ser de muy diferentes perfiles. Yo que soy un “triatleta popular profesional”, dedicado, dispuesto y volcado en convertir el triatlón de larga distancia con sus exigencias, en mi modo de vida, no puedo dejar de admirar a todos aquellos que logran integrar en su modo de vida, al triatlón de larga distancia.

Admiro mucho a los que lográis hacer de vuestras vidas ordinarias, vidas extraordinarias logrando ser Finishers a pesar de todo. La vida de un triatleta de larga distancia, encaja mal con las obligaciones laborales, los compromisos familiares y los entornos que habitamos en la vida ordinaria. En la vida ordinaria el tiempo libre escasea. La vida de un triatleta de larga distancia no es posible sin mucho tiempo libre. Por ello, presentarse en la línea de salida de Puerto del Carmen cuando trabajas 10 horas diarias, atiendes a tu familia y debes entrenar durante los rigores del invierno en una gran urbe como Madrid, supone un milagro, un esfuerzo personal que despierta mi absoluta admiración y os convierte en mis meritorios.

Pero si además sois mis amigos y no me refiero a los nuevos amigos que el triatlón acerca a la orilla de tu vida, sino a los amigos anteriores a tu existencia como “triatleta popular profesional”, entonces sois mis meritorios amigos.
José Félix es el responsable directo de que yo sea triatleta. Amigos desde hace más de 20 años, hemos compartido muchas experiencias, desde las propias de la juventud exacerbantes de la amistad de marcado carácter etílico, a las quizás menos vitalistas, propias de la vida adulta. Siempre fue el más centrado de nuestro loco grupo y como gran apasionado del deporte, sobre el, ha estructurado su vida. Licenciado en INEF, profesor de Educación Física, triatleta y entrenador de triatlón, entre otras muchas actividades, hizo que con sus relatos sobre su debut en IM en Almere y las visicitudes de entrenar a un prometedor triatleta de larga distancia en el año 2000, en una de esas reuniones navideñas entre amigos, con la amistad exacerbada por el alcohol, yo hiciera el público compromiso de acabar un IM. Y así fue como con su bicicleta prestada, me convertí en Finisher del Home de Ferro en Ibiza, 10 meses después. El en Ibiza no compitió por lo que haber podido compartir el IM de Lanzarote en los dos últimos años, me llena de alegría y satisfacción. El y sus entrenandos, amigos también, han sido mis ídolos más tempranos en el triatlón, sobre todo cuando yo de triatlón sabia prácticamente solo que se nada, se monta en bici y se corre después. José es buen nadador y un gran rodador. Debido a las limitaciones y enormes sacrificios que supone para un profesor de educación física de la enseñanza privada, preparar un IM como el de Lanzarote en la crudeza del invierno madrileño, suele llegar algo corto de preparación y termina sufriendo en la maratón. Compartir con un amigo del alma una experiencia como un IM, es absolutamente único. Gracias José por retarme aquel día, por iniciarme en esta maravillosa locura.
Jesús a sus 47 años, ha debutado en el triatlón siendo Finisher del IM de Lanzarote 2007. Jesús fue primero mi profesor de Educación Física en BUP y COU y después mí amigo. Hemos compartido durante estos últimos años, sueños y pesadillas, que la vida en un ejercicio de paralelismo, parece haber decidido asignarnos. El año pasado Jesús estuvo con nosotros en Lanzarote apoyándonos, viviendo como espectador lo que el calificaba como una “bestialidad”. Por eso cuando hace 10 meses decidió hacer el bestia con nosotros, solo pude apoyarle y animarle. Se por lo que ha pasado durante estos meses de preparación, se de el sacrificio que ha realizado y de el beneficio que le ha reportado a su vez los momentos entregados para convertirse en uno de nosotros. Lo has conseguido una vez y lo conseguirás todas las que te lo propongas. Tienes el mayor de mis respetos.

Soy el mayor de una camada de cuatro, el niñito de su madre y mis tres hermanas que han animado mi infancia, por lo que Iñigo es lo más parecido a un hermano que yo tengo. Iñigo vive actualmente en Lanzarote, con Ruth y Eneko el hijo de ambos. Durante varios años hemos compartido estudios de Biología Marina en Tenerife y muchas horas plenas de inmersiones, risas y buenos momentos, mientras tirábamos del carro que era Biosub, el Club de Actividades Subacuáticas de Biología de la Universidad de La Laguna.
Iñigo es el primer culo que yo he visto y perseguido sobre una bicicleta, pues fue con el con quien empecé a sufrir la dureza y los rigores del desnivel canario de Tenerife. Con el empecé a andar en bicicleta, en nuestras bicis de montaña con slicks. Siempre iba esperándome con paciencia el pobre. Recuerdo sus piernas largas y finas delante de mí, pedaleando con cadencia. En aquel entonces el salía a diario con la bici y tenia buen nivel. Para mi era una bestia que andaba un huevo. Iñigo es un vasco-canario, noble, generoso, hablador, entusiasta y entregado, como curiosidad comentaros que es un genio mecánico, es lo más parecido a Mc Giver que he conocido.

La vida nos llevo por nuestros derroteros, a mi a la península y a el a Lanzarote, pues Ruth es conejera. No hemos perdido el contacto en todos estos años y nos hemos visto numerosas veces. Cuando realicé mi primer IM en el 2000 me comentó que el tenia que hacer alguno también, aunque no vivía todavía en Lanzarote. Cuando el año pasado regresé al triatlón para volver a ser Finisher en Lanzarote, decidió que el también probaría. Iñigo llevaba años sin montar en bici, nunca había corrido y no nadaba sistemáticamente. Pero estaba decidido. Fue Finisher en 2006 junto a su Eneko nacido apenas unos meses antes. En Marzo de 2006 estuvimos entrenando juntos en Lanzarote, sobre todo la bicicleta. Ya no tenia que perseguirle, ahora era al revés, sin duda yo durante estos años había mejorado, pero el tenia un duro trabajo que hacer. Entrenando por sensaciones, sin mucho método este año ha vuelto a ser Finisher, aún a costa de una lesión de cadera y mucho sufrimiento por su empecinamiento y empeño.

El me enseño el camino hace muchos años sobre una bicicleta y me siento orgulloso de haber propiciado que hoy sea ya uno más de los lanzaroteños enganchados a su triatlón.


Mis meritorias

Mis meritorias son dos, ninguna de ellas Finisher en IM (aún). Sus méritos son de otro orden y naturaleza.



Mónica ha sido mi compañera de entrenamiento, quien ha hecho posible en buena medida soportar la dureza de las largas sesiones especialmente de bici, que exige la puesta a punto para el IM de Lanzarote. De Mónica os contaré muy pronto, como en su primera temporada pasará de Triatletilla a Titana. Pero debéis saber que tiene una impresionante capacidad de trabajo, de sufrimiento y de ilusión. Estoy seguro que de haber resultado lesionado, podría haberme sustituido sin problemas en la cita del 19 de Mayo. En muchas ocasiones ha completado mis mismos entrenos sin rechistar, estando siempre ahí. Tiene sin duda, pelaje de larga distancia, es carne de Ironman. Muchas gracias compañera.


Laura hace posible todo esto. Sin ella no habría nada. No habría triatleta, no habría fotos, no habría entrenamientos, no habría Ironmanes, no habría crónicas, no habría ilusiones. Dos años entrenando para Ironman y ni un solo reproche a algún entrenamiento. Es más gracias a ella he completado muchos entrenos que de otra forma no hubiera hecho. No creo que haya muchos triatletas que puedan sentirse tan apoyados, tan reconocidos, tan comprendidos, tan relajados, tan aleccionados. No puede haber muchos triatletas tan afortunados.

Gracias a sus fotos especialmente, me es posible rememorar, recordar, expresar, transmitir y compartir buena parte de lo vivido y sentido cada día de esta vida de triatleta que ha decidido compartir conmigo. Sin ella no habría nada. Gracias mi amor.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Crónicas desde el Centro del Universo: Cuando todo comienza

Cuando todo comienza


Dicen que el Ironman comienza realmente en la maratón. Algunos incluso apuntan que comienza a partir del km. 21. Dicen que la actuación del triatleta en la misma, califica un Ironman y que la maratón mide realmente la dimensión del triatleta, su carácter y su capacidad. Dicen que todo lo realizado hasta ese momento puede carecer de valor o de importancia y que la actitud mental después de los km. ya recorridos en los sectores previos, es tan o más importante que las fuerzas físicas.

Fortaleza mental, determinación, decisión e ingentes cantidades de ganas de disfrutar y de capacidad de sufrimiento, casi a partes iguales, son necesarias para poder afrontar el panorama espacio- temporal dilatado que se presenta ante ti al dejar tu bicicleta, cuando todas tus percepciones y espacio sensorial, llaman a detenerte, a descansar a terminar.



Haber administrado tu energía adecuadamente, para ir poco a poco empleándola, liberándola y poder correr, de menos a más. Llegar al final aún con un pequeño remanente. Ese es el reto. Ese es el fruto de trabajo bien hecho, de la suerte, de la buena claro y en parte del azar. Es el objetivo y el verdadero disfrute del Ironman, poder correr ligero, poder entregar tus energías. Convertirte en un buen administrador de energías es tu objetivo en larga distancia, saber consumirte lenta y prolongadamente y dejar un poso final de ti desde el que regenerarte.

Aunque hasta ahora lo he conseguido hasta cuatro veces, no es fácil.

Así fue como comencé a correr y como con los primeros pasos, se disiparon las dudas por completo. Podía correr fácil y ligero, la rodilla ya no buscaba más protagonismo. Había podido mantenerme sobre el filo de la navaja sin caer hacía ninguno de los lados y repleto de energía y decisión, comenzaba mi periplo por el paseo de Puerto del Carmen.

Como en los videojuegos, cargué vidas y energía extra en cada encuentro con los míos. Besar en público a un pequeño spiderman, dejará de ser posible en pocos años, luego hemos de aprovechar que todavía se presta a ello. Y desear volver a por más besos, es motivo suficiente para mantener el esfuerzo, para apretar el paso, para seguir adelante.

Me encanta la maratón del Ironman de Lanzarote. Permite encuentros cada poco tiempo, seguir la evolución de la carrera, de tus compañeros, de tus contrincantes, de ti mismo. Existen multitud de pequeños rincones, lugares singulares y personajes inolvidables. No deja de sorprenderte. Este año descubrí el lugar en el que si algún año procede tener que retirarme, lo haré. Fijaros en esa barandilla de madera que flanquea el acceso al azulado suelo de un restaurante especial, allí abajo al final de la callejuela que desemboca en el mar. Encontrareis el lugar para abandonar, si las fuerzas, la salud o la energía se os han agotado. Tumbados entre frescas y blanqueadas sábanas, acariciados por la brisa atlántica y sedada la visión por el horizonte inmenso y azul, nos será más fácil asumir nuestra derrota, nuestra renuncia a derrotar a la isla de lava, viento, sal y sol.


Y en ella vives en directo múltiples acontecimientos, propios y de otros. Gloria y dolor rodeándote allá donde alcanza tu mirada. Esfuerzo y sufrimiento, comedidos, buscados, encontrados. De toda esa gloria y dolor, me quedo con las de mis compañeros. Gloria de Pablo, que desde el esfuerzo y el sufrimiento, alcanzó su sueño de poder seguir recorriendo sendas extendidas en la lava. Y yo pude presenciarlo y además presagiarlo, en directo. La última vez que me cruce con Pablo, yo iniciaba la última vuelta. El, con la concentración del último y doloroso esfuerzo, encaraba la línea de meta. Un choque de manos, un grito de aliento, un escalofrió y el convencimiento de que lo había conseguido, fueron avituallamiento suficiente para encarar mi vuelta final.
Dolor, el de Dani que habitó ambos lados del filo la navaja en una dura prueba a su determinación. Pruebas que siguen probándole. Pruebas que tarde o temprano le conducirán a deslizar por el filo, sin caer, culminando el proceso que una vez iniciado no podrá detenerse. El proceso de alcanzar también la gloria y un sitio entre los elegidos. Pero mientras llega ese momento, cae, muere y renace.


Y así entre choques de manos, ánimos y últimas fuerzas se fueron consumiendo los kms, felicitando y despidiendo a los que terminaban, animando a los que aún seguían en carrera. En esos kms, los de la satisfacción, encajas las piezas del puzzle, cobran sentido las horas de esfuerzo y sacrificio, las horas robadas a los tuyos, las promesas realizadas, las entregas dedicadas, los compromisos adquiridos, todo lo que en definitiva te ha llevado hasta allí.

Y es entonces cuando según te acercas a la meta, que se congela el tiempo y vuelas muy lento sin despegar del suelo. Y los tuyos se aferran a las alas de tus brazos y se inundan de tu inmensa alegría y sois uno. Y todo acaba y todo se detiene. O quizás todo comienza de nuevo.












viernes, 14 de septiembre de 2007

Crónicas desde el Centro del Universo: Compañeros de viaje

Compañeros de viaje

Si hay algo que me gusta especialmente de la larga distancia, son sus largas estancias. Es decir el tiempo previo y posterior a la prueba. Llegar varios días antes, asistir a la transformación que sufre el entorno en manos de la organización, vivir los prolegómenos, el ambiente, los entrenos previos en compañía de tus compañeros de entreno o de club. Compartir la alegría, las agujetas, el andar penoso y algunas cervezas los días después de la competición. Analizar, comentar, fabular sobre el devenir de la prueba, es casi tan interesante y estimulante como la propia carrera.

Este año, hemos conformado un gran grupo en Lanzarote. Numeroso, diverso y muy unido, lo que no es siempre fácil entre tanta gente. Me asombra del triatlón y especialmente de la larga distancia, la facilidad para estrechar lazos y vínculos entre triatletas. Lo que en el contexto social convencional nos haría escasamente “conocidos”, apenas unas pocas horas de convivencia compartiendo actividad, en el triatlón te convierte en amigos para siempre. Creo si duda, que saber de otros que han pasado por lo mismo que tú, que han realizado los mismos sacrificios personales, familiares y vitales, que dudan, ansían y esperan los mismos resultados, te predispone especialmente a establecer fuertes lazos emocionales, que en otros ámbitos de la vida serían impensables.
Así pues, quiero presentaros a algunos de mis compañeros de viaje, a algunos de mis amigos triatletas. Faltan algunos, unos recién conocidos, otros quizás olvidados.

El Capi Morales.
Compartimos viaje, la zozobra con la maleta de nuestras bicicletas, los entrenos previos a la competición e incluso algún tramo del sector ciclista. Lanzarote ha supuesto para él el reencuentro con el IM, con la larga distancia. Y para alguien como él, que vive preso de cierta incomprensión por lo que hace y de su profundo compromiso moral como padre, marido y profesional ejemplar, tiene un enorme mérito.

Me sorprendió su determinación, entre heroica y suicida. Un par de días antes, trotando en Puerto del Carmen una lesión incordiosa, volvía a manifestarse. Lo suficiente para sembrar las dudas. Me pasó como un cohete en los primeros km. de la bici. Me sirvió de referencia durante un buen tramo lo que me animo sobremanera, pues es un gran ciclista. Me permití el lujo de atacarle en un avituallamiento, pero enseguida decidió que ya estaba bien y siguió su camino a Puerto del Carmen sin que pudiera ya distinguirle en el horizonte de las sendas de lava.

Cuando le pase corriendo, renqueante en la maratón, se confirmó lo peor, su lesión quería probarle. Le rogué que no hiciera el burro y se retirara si era necesario.

El Capi Morales acabo, sufriendo como solo el sabe, luchando como hace cada día, para mantener vivo su sueño de ser triatleta, como mantuvo durante años su sueño de ser ciclista. Enhorabuena Capi, nada me gustará más que volver a compartir esfuerzos contigo y más si son entre las cumbres alpinas. Hasta podrás derrotarme.

Mario, del mismo Bilbao

Mario era mi caballo ganador. Lo conocí en Ibiza 2006. Me pareció un tipo serio, metódico y muy estricto para con el entrenamiento, además de autoexigente y competitivo.
Serio no es, lo parece. Este año compartimos Campus de entrenamiento en Gran Canaria, en Pozo izquierdo, donde por unos días nos convertimos en triatletas populares totalmente profesionales y nos entregamos a la “vida que nos merecemos”. Allí percibí mejor su carácter. En las apuestas y porras internas que nos gusta aventurar de cara a una posible clasificación final en las distintas pruebas en que coincidimos varios triatletas de la familia, para mi era el posible ganador, aún a pesar de su debut en Lanzarote. Por muy poco me equivoqué.

Desgraciadamente no pudo disfrutar de la larga estancia en la larga distancia y llegó y marchó con el tiempo justo. Yo seguiré apostando por él.

Ferdy el hombre tranquilo.

Transmite una inmensa tranquilidad, tanta como impone su estatura. Es fuerte y grande lo que en otros ámbitos de la vida puede suponer una ventaja, pero que para trasladarse pedaleando y corriendo diferentes distancias contra gravedad, es un handicap. Hace suya la frase atribuida a Moby Dick en Como escape al Capitán Ahab “mi tamaño nunca fue un problema en el agua”. Impresionante verle salir entre los mejores de la natación en la playa de Puerto del Carmen.

Ha firmado un gran debut en la distancia Ironman y en Lanzarote. La prudencia y el respeto al reto son las únicas causas de que no fuera todavía mejor el resultado, de acuerdo a sus posibilidades reales. Pero no solo es tranquilo sino que es además paciente y sabe que todo llegará.



Alfredo, la roca.

Alfredo es un malagueño canario duro como el basalto de la matriz magmática de la isla de Lanzarote, su hogar desde hace años. Potencia, esfuerzo, sacrificio y sencillez son las cualidades necesarias para poder preparar una prueba como el IM de Lanzarote desde allí mismo. Cualidades que el tiene para poder afrontar día a día el embate del viento desatado, el sol abrasador y el calor que aliña y condimenta cada entreno entre la lava canaria. Aliñar y condimentar es su trabajo para el deleite de los demás mortales. Solo un año algo convulso por cuestiones laborales ha impedido acercarle un poco más a su sueño hawaiano, que sin duda alcanzará. Yo espero asistir expectante a ese momento y poder abrazarle y felicitarle. Y asistir a la cena que tendrá que hacernos para celebrarlo por supuesto.

Álvaro el finisher contagiado (me temo).

Álvaro esta perdido. La semilla del IM ha germinado en su interior y aguardará paciente el momento adecuado para brotar nuevamente en su vida. Sospecho que el lo sabe, aunque su responsabilidad, su compromiso con sus deberes familiares y personales, hagan posible refrenar el impulso, someter la voluntad y dominar, de momento, la necesidad de volver a ser finisher de un IM.

Álvaro, para haber sido Finisher en su brillante debut en la distancia y en Lanzarote, ha alcanzado sus cotas más álgidas de forma física, mental y emocional, creciendo mucho como deportista y persona, durante el proceso de entrenamiento. Álvaro puede y quiere crecer aún mucho más. Y lo hará, aunque tenga que esperar pacientemente a que la semilla del IM que alberga en su interior, se abra paso de nuevo entre la tupida hojarasca de la vida y sea iluminada de nuevo por la luz ironmánica.



Dani, el futuro inmediato

La energía ni se crea ni se destruye, se transforma. Dominar la energía es el sueño del ser humano. La energía puede ser devastadora y en su liberación desordenada, arrasar con todo, fuente generadora incluida. Dominar la energía implica contenerla, controlar su flujo y su liberación, dosificarla, administrarla, graduarla y renovarla cuando se agota.

Dani es pura energía si bien, desbocada a veces, disipada otras. Pero Dani comienza a conocer los mecanismos de control. Necesita tiempo para no consumirse intensa y fugazmente y brillar durante mucho tiempo. Yo pienso disfrutar mucho de su fulgor en el firmamento trialético. Le veréis brillar. Sin duda.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

En otro orden de cosas...aniversarios

Hago un paréntesis en las crónicas triatléticas. En estas fechas, de forma algo imprecisa se cumplen algunos aniversarios que aunque son de diferente naturaleza, estan estrechamente vinculados.
Hace dos años que mis hijos se marcharon con su madre a Madrid, lejos de mi lado. Acabo de dejarlos allá para que comiencen el colegio. Han pasado casi todo el verano en casa, con nosotros.
Se acabó el verano, la luz y el calor dejarán paso enseguida al largo invierno. Breves escapadas, algún puente, fines de semana efímeros serán algunos de los pocos momentos que algo de luz iluminará el oscuro invierno. El resto del tiempo, frio y oscuro, será para trabajar y entrenar. Hace dos años que regresé al Triatlón. Cada dia estoy más convencido de que fué un mecanismo defensivo incosciente que trataba de protegerme de la soledad, la tristeza y el vacio que la ausencia de mis hijos provocaba. Lo que parecia una decisión meditada y elegida, ha sido sin duda la manera que mi subsconsciente ha elegido para protegerme.
Pensaré y reflexionaré sobre la capacidad terapeútica del triatlón de larga distancia, ante situaciones de la vida traumáticas y su inmenso potencial sanador. Escribiré sobre ello.
Hace dos años que me convertí en Aguaverdiano. Hace dos años que me acogió una nueva familia. Hace dos años que tengo mi bici de triatlón. Hace dos maravillosos tristes años que soy triatleta y padre dolido.
El tiempo pasa... Time keeps flowing like a river. Time, becoming me. Who knows when we shall meet again, if ever. (Alan Parsons Project, The turn of a friendly card)


martes, 11 de septiembre de 2007

Crónicas desde el Centro del Universo: En el filo de la navaja

En el filo de la navaja




En todo Ironman viajamos sobre el filo de la navaja. No resbalar, no caer de uno u otro lado, depende de múltiples factores. Averías mecánicas o “averías” físicas o fisiológicas, factores climáticos y ambientales, errores de cálculo y de estimación de nuestras capacidades, excesos o falta de confianza. La multicausalidad y el azar, campan a sus anchas revoloteando sobre nuestro hacer durante muchas horas. Cuanto más tiempo transcurra, más revolotean. Todo es posible. La preparación minuciosa y adecuada para la cita, limita el número de grados de libertad y restringe un poco el capricho del azar, disminuyendo el riesgo, favoreciendo el éxito. Pero aún así todo es posible. Bien lo sabéis todos o lo sabréis tarde o temprano.

Este año la isla se vistió de isla amable. Sin viento notable, con agradecidas nubes y dulce temperatura…. Pero hasta la amabilidad puede ser traicionera cuando viajas en el filo de la navaja. Después de salir del agua y establecer un ritmo de crucero vivo, transcurrieron los kilómetros y las horas sin apenas esfuerzo debido principalmente al flojo viento favorable, a la nueva alfombra de asfalto que atraviesa el paisaje extraterrestre de Timanfaya y el trazado novedoso, revirado y más acogedor que Famara y sus trepidantes caminos.


Tres horas de rodar acoplado, disfrutando del esperado día y ya 90 Km.¡¡¡¡ completados. No podía ser tanta la dicha. En 2006 el muro de viento se espesaba al intentar atravesarlo y ahora se abría a nuestro paso como humo ligero. Algo tenía que compensar tanta bondad. La gente volaba en sus bicicletas, completando parciales soñados. Recuerdo a Talin gritando al pasarme, a modo de saludo, “¡¡esto no es Lanzarote, que nos devuelvan el dinero!!” Sin duda la isla, esperando pacientemente, acabaría después cobrando su tributo a más de uno de los muchos desaforados triatletas que completaban el segmento ciclista de sus vidas.

Mi tránsito oscilante a los lados del filo de la navaja, se concretó en un molesto dolor en la rótula derecha que se agudizaba con los fuertes desarrollos. Comenzó como una molestia que persistentemente fue creciendo, madurando, resistiendo el embate de un par de gelocatiles. No me impidió subir los miradores, pues desaparecía cuando el rodar se hacía cadente y suave, así que había que aflojar el ritmo o terminaría pronto la aventura. Meses sin una sola molestia. Kilómetros y kilómetros recorridos, puertos, llanos, toboganes, descensos, horas y horas de sala de ciclo indoor, sin una sola molestia. Y hoy tenía que aparecer. Sobre el filo de la navaja.

La isla comenzó a recaudar las energías de las que se alimenta. El viento comenzó a reclamar su tributo. Los últimos 60 kilómetros, que en el plan previsto por buena parte de los 1040 participantes, supondrían el retorno al origen del día soportados e impulsados por el alisio, se convirtieron en un colosal esfuerzo. El inusual viento del día, acrecentado según el sol se alzaba en el azul canario y disolvía la toldada de nubes en Puerto del Carmen, se transformó en un gran cedazo que filtraba las necesarias energías para la carrera, que aplacaba los desbocados ánimos de los que ese día creyeron por fin, haberse hecho ciclistas maduros. Muchos aún sin saberlo, estaban ya condenados a sufrir una penitencia de 42 kilómetros.

Mi rodilla, me había convertido en muy prudente. La euforia ciclista desaforada del comienzo había dejado paso a la preocupación y a la duda. Las fuerzas acompañaban, estaban intactas, podía con el viento, el esfuerzo prolongado y el plan para las próximas horas de correr junto al mar. Sin embargo todo derroche de potencia se traducía en dolor y en dudas. ¿Podría correr con esa rodilla así? No lo sabría hasta bajarme de la bicicleta, luego no cabían lamentaciones de mi mala suerte, ni buscar respuestas a ¿Por qué a mi? ¿Por qué hoy? Recordé una vez más, que era mi cumpleaños, que estaba disfrutando de mi regalo y con el convencimiento de que ese día nada podría salir mal, me predispuse a seguir con el plan previsto para ese día. Correría un rato junto al mar.


sábado, 8 de septiembre de 2007

Crónicas desde el Centro del Universo: Incunables de lava

Incunables de lava

Son únicos, necesarios e irrepetibles, para la completa y profunda comprensión del Ironman de Lanzarote. Forman parte de su historia, de su leyenda y de su esencia y sin triatletas como ellos, Lanzarote y su IM no serían los mismos. Poder vivir una edición cerca de ellos, te acerca a la verdadera dimensión de la prueba. No debes dejar de visitar los Jameos del Agua, la Fundación Cesar Manrique o La Graciosa si quieres conocer algo de Lanzarote. No puedes dejar de buscarlos, conocerlos, compartir algún momento, si deseas comprender el Ironman de Lanzarote. Suman más de 26 participaciones entre los tres, la han visto crecer, han crecido con ella y le han dado todo, recibiendo todo de ella.



Si el Ironman de Lanzarote hubiera de encarnarse en ser humano, lo haría en la persona de Carmelo Ruiz. En su físico enjuto, fibroso, endurecido por el sol y curtido por el viento. En su carácter, entusiasta, alegre, sincero, directo, pleno de ironía y gracia canaria. Carmelo es el Ironman de Lanzarote.

Talín es el Ironman. Vive en un Ironman permanente, al que ofrece y entrega todo. Y del que recibe lo que necesita. Amor incluido. No conozco a nadie que pueda ostentar más atributos ironmánicos, ni que menos lo haga. No alza la voz, pero su palabra para mi es ley. Hemos coincidido brevemente, menos de lo que me gustaría, pero escucho y aprendo de él, todo lo que puedo.

Portsea es el mejor embajador del Ironman de Lanzarote, pues no solo hace posible a muchos integrarse en la historia viva de la prueba, sino que además con su esfuerzo, dando lo mejor de si, hace posible el sueño inalcanzable de muchos de nosotros. Lanzarote no es el tránsito, es el camino en si, principio y final. Lanzarote decide quienes serán los elegidos y quienes entremezclados en su esfuerzo, cumpliremos nuestro sueño entre la lava del Pacífico.

Crónicas desde el Centro del Universo: Navegando entre troncos y el Secreto del Paquete

Navegando entre troncos

Kevin Costner dirigió y protagonizó “Bailando con lobos”, una cruel y hermosa historia de cómo se somete y extermina a otras formas de vida, de cómo se apagan otras visiones del mundo.

Yo creo haber protagonizado “Navegando entre troncos, río abajo” pues así es como he percibido la natación. Imagina un río canadiense ancho y caudaloso, repleto de los troncos de enormes sequoyas alineadas, que flotan río abajo, prietos, muy juntitos, y que además baten sus largas ramas lentamente a un lado y a otro. E intenta progresar entre ellos. Así fueron los primeros momentos de la natación. Es sabido mundialmente que soy un mal nadador, pero mi exceso de humildad me llevo a cometer el error de salir entre los últimos participantes, buscando escapar de la lucha encarnizada por la vía acuática, que en puestos más cabeceros, se entabla. Los troncos son realmente lentos, grandes e insuperables. Hubieron de pasar bastantes minutos hasta poder encontrar mi espacio, mi trecho de océano atlántico en el que deslizar y fluir. No fue hasta el primer giro, que pude comenzar realmente a nadar y si somos honestos, hasta debí de ser descalificado con el reglamento en la mano, pues se formó tal atropello en ese giro, que fue necesario para muchos de los triatletas, sumergirnos un par de metros y vadear el atasco. El año pasado nade muy bien junto a la línea de boyas. Este año pensaron otros muchos que debía ser una buena idea y supuso un hermoso caos. Pero salir tan atrás me permitió descubrir algo.

Observa esta imagen espectacular. No hay ningún triatleta detrás. Es la cola de carrera en el momento inicial. Los 1040 participantes del IM de LZ 2007 se muestran batiendo brazos y piernas, espumando la superficie del mar como quien bate claras de huevo. 2079 brazos y piernas lanzadas propulsándose detrás de un sueño. Es un grandioso espectáculo que os recomiendo disfrutar algún día, si vuestras aspiraciones competitivas o vuestra capacidad natatoria os lo permiten. Allí fue donde descubrí el secreto del Paquete.

El Secreto del Paquete

Observa al último triatleta. Ese individuo con neopreno sin mangas, que parsimonioso se deleita con el espectáculo que se desarrolla ante él. ¿Ya le reconoces?



Ampliemos un poco la imagen. Es él, Nacho Paquete, el gurú del Happy Ironman, rebautizado hoy en día como Nacho Happy IM. Dorsal 714, fiel a su cita año tras año en Puerto del Carmen con el espectáculo de natación sincronizada. ¿Qué hace ahí? ¿Qué significa ese gesto que hace con su mano derecha? Parece como si arrumbara. Rumbo 220 º.


¿Qué significa su sonrisa? Muestra un rictus entre deleite y burla. ¿Calcula cuantos rivales serán superados por su tenacidad en las próximas 14 horas? ¿Cuántas cabelleras cortará? ¿Es un killer triatlético que se alimenta de triatletas superados a los que otorga alguna ventaja? ¿O es por el contrario un luchador, un triatleta salmón que remonta contracorriente?
Sea como fuere, disfruta enormemente de ello y yo, que apenas me encontraría unos metros más delante de él, pude abrazarle uno minutos antes y escapar a su furia perseguidora….

En muchas ocasiones he pensado que sería de mí si algún trágico accidente, enfermedad o situación mermara mis capacidades físicas. Incluso he realizado algún catálogo de incapacidades, ordenado según lo que sería soportable, que podría asumir y combatir con el esfuerzo y la superación. Y creo que casi siempre, la ceguera, ha sido el temido monstruo que derrotaría cualquier ánimo de seguir viviendo, de seguir luchando.

No puedo por tanto más que expresar mi más absoluta admiración para los que se rebelan ante los miedos, las limitaciones y la oscuridad física, pues solo una absoluta determinación guiada de cegadora luz interior, puede hacer posible culminar el proceso de ser un IM y de ser capaz de ver aún en ausencia de luz. Ahora se que quizás si algún día ocurriera, también lo intentaría.

Y así fue como después de una larga espera, logrando por fin abrir camino entre los troncos que flotaban río abajo, cambiamos de escenario desde el océano hacía los campos de lava azotados por el viento.

Crónicas desde el Centro del Universo: Antes de la Fiesta

Antes de la Fiesta
En esta edición, los días previos transcurrieron placidamente. No hubo sobresaltos con el equipaje, ni pérdida de bicis, ni siquiera retrasos¡¡¡ Tampoco preocupaba el tiempo, ni el viento, ni el recorrido (muy mejorado por cierto).

Alternaba momentos con el numeroso grupo de expedicionarios que este año hemos afrontado la carrera, con momentos con los míos, inundado de una extraña y familiar calma. Me sentía tranquilo, seguro y confiado, me he sentido relajado, me he sentido en casa.

Es extraño, pero me he sentido como esa pieza del puzzle que encaja perfectamente con su entorno fraccionado, sin la que la imagen carece de sentido. Siento que ocupo mi lugar en el universo.
Sueño, reparadoras cervezas, el calor de los tuyos y buenos alimentos han sido la receta, para hacer pasar las horas y llegar en forma al momento señalado.

Cada día tengo más certezas sobre la importancia de la cerveza en la vida del ser humano, pero no pretendo ser yo, un adicto poco objetivo, quien trate de convenceros, por lo que os recomiendo esta lectura y confió que os entreguéis por fin sin mesura a sus bondades:

http://www.elpais.com/articulo/deportes/expertos/recomiendan/deportistas/beban/cerveza/elpepudep/20070529elpepudep_13/Tes


Este año como novedad, incluso participamos en La Santa en el desfile de Naciones. Pero no creáis que como respuesta a algún ataque de patriotismo inusitado, obedecía a viles intereses crematísticos… la posibilidad de optar el sorteo de un cuadro Look de tri, que quitaba el hipo. Y estuvo cerca de tocarnos.
Y de este modo, sin apenas darme cuenta, estaba todo preparado para que cobrara sentido la mayoría de todo lo acontecido en los últimos 12 meses.

Era 19 de Mayo de 2007, el día de mi cumpleaños. Hacía casi un año que había decidido regalarme una especial forma de celebrarlo. Desde el espejo me saludaba la cara de un ilusionado mocetón de 41 años que afrontaría su tercer IM. En estos momentos de mi vida, no se me ocurre una forma mejor de celebrar el paso del tiempo.

Así fue como decidido, cargado de ilusión, incertidumbre y energía, me dispuse a disfrutar de un día inolvidable.

Crónicas desde el Centro del Universo: Los IronKids 2007

Los Ironkids de 2007


La paciencia no es una cualidad de la mente infantil. Entrega un dulce a un niño y pídele que no se lo coma. Que espere. Tampoco lo son en estas edades caracterizadas por el egocentrismo, el altruismo, la solidaridad o la participación. Así que convencer a un par de mocosos de que lo importante no es ganar, sino participar, medirse a uno mismo, es tarea harto difícil.


Por ello y después de haber debutado en el IK de 2006, mis hijos este año querían…. GANAR. Como son obcecados por no decir “cabezones”, no traté de quitarles la idea y decidí que la realidad de la carrera, pusiera a cada uno en su sitio. Así diseñamos y desarrollamos un duro programa de entrenamiento.



Incluía prácticas de supervivencia en el desierto, desprovistos de todo recurso para endurecer sus jóvenes cuerpos y hacerlos resistentes.
Enfrentaba situaciones extremas al límite, casi traumáticas, para reforzar su determinación y fortaleza mental ante el esfuerzo máximo que deberían afrontar.

E incluso una lucha fraticida llevada al extremo, donde solo uno de ellos podía resultar vencedor, para exacerbar el instinto ganador y el espíritu competitivo.





















Este año tuvimos problemas con el entrenamiento de la natación pues, el grupo de orcas y delfines entrenadores que el año pasado habían colaborado, se encontraban en huelga.Pero no hay nada un padre no este dispuesto a hacer por sus hijos, por humillante que sea y finalmente logramos su “desinteresada” colaboración a cambio de algunos favores…. Sin comentarios.
Así fue como llegaron a la línea de meta preparados para el Gran Día. El Ironkid de Lanzarote 2007.
Este año salieron en carreras separadas, primero Marina y después Diego, así que finalmente no hubo lucha entre hermanos (que bastante la hay ya día a día).

Marina estreno la competición en la categoría de prebenjamines en la que además se batía con otras aguaverdianas, la Marina de Toño y la Wendy de Ironpeterpanlonely.

Estaba animada, con ganas y fuerzas. Completó una excelente natación saliendo del agua la tercera y después de una lamentable transición asistida por su padre, que soy yo, en la que casi le calzo las zapatillas de distinto pie, salió como un tiro a afrontar los 500 metros que la separaban de la meta.
Para ello es necesario superar la rampa desde la playa al Paseo de Las Palmeras. Venia fortísima, con un ritmo demoledor y así desapareció paseo arriba camino del punto de retorno que la traería a meta. La esperaba desde las proximidades de la línea de llegada. No podía tardar en llegar con el ritmo que llevaba, pero comenzaban a acercarse ironkids desde la lejanía del paseo y ella, no aparecía. Llegaron los primeros clasificados y entre ellos Lonely cámara de video en mano, inmortalizando el tiempazo y la 3ª posición de su hija. Y seguían llegando y Marina no aparecía. Me temía lo peor. Por fin pude distinguir a un señor que traía muy amablemente, caminando lentamente de la mano, a una niña. En “Termin” ología de Terminhector, mi Marina había petado como un sapo. Así que salí corriendo hasta ella la tome de la mano e “invité” a trotar a mi lado hasta la meta. Hizo verdaderos esfuerzos, pero en un arranque de genio y orgullo logró, entre el ánimo de la multitud y los jocosos comentarios del speaker sobre cómo el padre de la criatura frenaba el ritmo de la niña, completar su 2º Ironkid de Lanzarote.

Diego tuvo sin embargo una carrera más fácil. Salió bien del agua, realizó una rápida transición gracias a la elección de unas cómodas a la par que inadecuadas zapatillas de playa, que si bien se calzaban con prontitud, apenas tienen una fina suela de goma blanca, pero como bien dice “gomaespuma” a esas edades, “las piernas no son del cuerpo” y ni se siente ni padece.


Completó una buena carrera, corriendo con estilo y buena técnica, logrando entrar entre los diez primeros. Eso de GANAR quedó aparcado para otro momento y bien aprendida la lección, quedaron satisfechos, Marina sobre todo, pues a pesar de pasarlo realmente mal, fue capaz de superar la adversidad y terminar su carrera.